SEGUIMOS DIFUNDIENDO TODOS LOS EVENTOS MUSI-CULTURALES!!!
viernes, 29 de noviembre de 2013
En el mundo de la Salsa es muy común que los
músicos, compositores, arreglistas y cantantes suelan ser reconocidos por su
nombre artístico, más que por su nombre de pila. Tal es el caso de Cristóbal
Senquis Rivera, el salsero que homenajeamos este mes en nuestro Blog, conocido
en el mundo de la Salsa como "Chamaco Rivera".
Chamaco hace parte de la cantera inagotable de
cantantes naturales de Puerto Rico. Nació el 16 de noviembre de 1946 en el
pueblo de Guayama, al suroriente de la isla, y del que provienen Tite Curet
Alonso, Elías López y Frankie Figueroa. Hijo de Vicenta Senquis y Carmelo
Rivera, pasó su niñez en su pueblo natal. Tuvo sus primeras intervenciones en
la música tocando conga y timbal, pero a los 14 años Alfonsito Pillot le otorgó
la oportunidad de cantar como aficionado, y "Chamaco" reconoció que
esa era su vocación.
En 1962 se trasladó a la ciudad de Nueva York. Un
año después integró un grupo llamado New Jersey Swing Combo. También hizo parte
de la agrupación de Mike Hernández, orquesta en la que se empezó a conocer como
"Chamaco", pues era el más joven de los de la agrupación. Chamaco
regresó a Puerto Rico a hacer parte del Combo de Leyo Peña. También hizo parte
de las orquestas de Primitivo Santos y Luis Colón, y en un larga duración de
Navidad del sexteto de José Juan "Pijuan" Piñero González.
En cierta ocasión, Willie Rosario escuchó a
Chamaco en el "Bronx Casino" de Nueva York. "Míster Ritmo",
como se conoce al maestro, lo vinculó como cantante de su orquesta, con la cual
grabó dos álbumes, titulados, De donde nace el ritmo" y Más ritmo, ambos
para el sello musical Inca Records. Esos trabajos contienen éxitos como
"Yo sé de mí", "La vida", "En Bayamón",
"Nicolás", "Un amor borra otro amor" y "Devuelve mi
alegría" y "De Barrio Obrero a La 15", una guajira compuesta por
Trini Clemente que llevó a Chamaco a la fama musical.
En 1974 participó en el álbum Con las siete
potencias, trabajo de Rafael Cortijo, del sello West Side Records, cantando el
tema "Marunga". El mismo año lanzó Chamaco, su primer trabajo como
solista para el sello Mardi Gras International, el cual contiene los temas
"Los tobillitos van" y "Mesie bombe", composiciones de Tite
Curet.
Otras producciones musicales de Chamaco Rivera
entre 1976 y 1994 son: Mi Chamaco, 1976; El juicio, 1978; Canción, hombre y
pueblo, 1980; Chamaco para buen rato, 1981; Por fin, con José Feliciano, 1984;
Chamaco Rivera, a mi Amigo José Feliciano, Studio 2; Chamaco, 1985; Merengue
Music Machine, Año 1992; En la batalla, 1993; y Aquí estoy, 1994.
Chamaco tuvo otras participaciones. En 2008 grabó
en el trabajo musical titulado Jazz Hamilton y las estrellas del pueblo, Vol.
1. En 2010 hizo parte de la celebración en homenaje a meñique en sus 60 años de
trayectoria musical. En 2011 se publicó otro álbum de Chamaco Rivera, titulado
Toda una historia, y en 2013 grabó al lado de su amigo Miguel Barcasnegras el
disco El Gran Menique y Chamaco Rivera Presentan Iván Marrero y su charanga.
Chamaco lleva más de veinte años radicado en
Orlando, Florida y ha laborado como supervisor regional de condominios
privados. Aunque no vive de la música, aun hoy continúa cantando para deleite
propio y de todos sus seguidores.
Desde nuestro sitio en la red www.comentarioenelsolar.blogspot.com,
la sección El Salsero del Mes está va dedicada con mucho cariño Chamaco Rivera,
quien ya cumple 45 años de haber comenzado su contribución musical. Este es un
pequeño homenaje a su trayectoria.
Dj Brayan
EL JEFE... DANIEL SANTOS
Daniel Doroteo de los Santos Betancourt (Santurce, Puerto Rico, 5 de
febrero de 1916 - Ocala, Florida, 27 de noviembre de 1992)
Cantante y compositor puertorriqueño. Conocido por
los sobrenombres de El Inquieto Anacobero y El Jefe, Daniel Santos está
considerado el intérprete puertorriqueño de canciones latinoamericanas (en
géneros comom la guaracha, la pachanga o el bolero) más importante del siglo
XX. Su voz triunfó en toda Latinoamérica junto a grupos musicales legendarios
como el Cuarteto de Pedro Flores y la Sonora Matancera.
Hijo de un modesto carpintero y una costurera,
tuvo que trabajar desde muy joven como limpiabotas para contribuir al sustento
familiar; como otros tantos puertorriqueños, emigró junto a sus padres y
hermanos a Nueva York a finales de la década de 1920. Con tan sólo catorce años
decidió independizarse y comenzó a ganarse la vida como integrante de diversas
formaciones musicales, dedicadas a amenizar fiestas y celebraciones.
Durante los años treinta formó parte del Trío
Lírico y el Conjunto Yumurí, y actuó en locales de moda como el Borinquen
Social Club, Los Chilenos y el Cuban Casino; en este último conoció a Pedro
Flores, un hecho crucial en su carrera, ya que el compositor quedó maravillado
por su voz y lo reclutó para su célebre cuarteto.
En los primeros años cuarenta alcanzó la fama
interpretando algunos de los mejores temas del maestro Flores, como
Irresistible, El último adiós, Prisionero del mar, Guaracha amorosa, y sobre
todo Despedida, canción archipopular durante esta época que le abrió las
puertas del mercado norteamericano. En 1941 fue elegido por Xavier Cugat para
sustituir al cantante Miguelito Valdés al frente de su orquesta, pero nada más
unirse al grupo debió abandonarlo al ser llamado a filas por el ejército estadounidense.
En 1946, cuando se encontraba en Cuba, fue
presentado por el también puertorriqueño Bobby Capó al dueño de la emisora de
radio RHC Cadena Azul, Amado Trinidad, que le contrató para un programa
titulado Bodas de Plata Portagás; a partir de entonces su fama no hizo más que
aumentar en la isla caribeña, donde ya era conocido como el Anacobero, en
referencia al tema con el que solía hacer su presentación.
Tras trabajar una temporada para la Cadena Radial
Suaritos, fue contratado por Radio Progreso como vocalista del conjunto la
Sonora Matancera; este feliz encuentro lanzó inesperadamente su carrera
artística hacia el estrellato, de forma que se convirtieron en el grupo musical
latino más famoso y escuchado de toda Hispanoamérica, con especial éxito en la
República Dominicana, México, Colombia y Venezuela.
Cuenta la leyenda que Daniel fue descubierto
cuando cantaba la canción Te quiero, dijiste mientras se bañaba. En ese
momento, uno de los integrantes del Trío Lírico iba pasando por la calle y lo
oyó cantar, entonces tocó a la puerta del apartamento de Daniel y le propuso
unirse al trío, propuesta que fue aceptada por el joven Daniel.
En 1938, mientras trabajaba en un casino en
Manhattan, cantó el tema Amor perdido sin saber que su compositor, Pedro
Flores, estaba entre el público. A Flores le encantó la interpretación e invitó
a Daniel a unirse a su grupo "El Cuarteto Flores".
En 1941, muchos puertorriqueños fueron enviados
por el ejército de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial. Entonces Daniel
grabó uno de sus grandes éxitos: Despedida, la cual fue compuesta por Pedro
Flores y cuenta la historia de un recluta firme que tuvo que dejar a su novia y
a su madre enferma. Daniel sufrió el mismo drama que el joven de la canción al
saber que fue reclutado firme.
Después de la guerra, él se hizo partidario del
Partido Nacionalista de Puerto Rico, que propugnaba por la independencia de
Puerto Rico de los norteamericanos. Incluso grabó junto a Pedro Ortiz Dávila
"Davilita" un disco de corte nacionalista con temas como Patriotas,
La lucha por la independencia de Puerto Rico y Yanki, go home.
Este tipo de actitudes le acarrearía problemas con
el FBI y el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Luego de pasar una depresión muy fuerte, se unió a
la inmortal Sonora Matancera en 1948, haciéndola famosa a nivel mundial. Con La
Sonora ganó mucha fama y fortuna, a la vez que exhibió una vida desordenada
envuelta en placeres, licor y prostitutas. Tuvo 12 hijos con distintas mujeres
y además estuvo encarcelado en Cuba, Ecuador y República Dominicana acusado a
veces de posesión de marihuana (se dice que tenía receta médica para consumir este
producto).
En los años 1950 fue vocalista del grupo Los
jóvenes del Cayo. También compuso la canción Sierra Maestra, la cual fue
adoptada por Fidel Castro como himno de su movimiento.
En un programa de televisión dedicado
exclusivamente a él, Santos contó una anécdota: en una ocasión, había tratado
de suicidarse. Quería imitar a la poetisa argentina Alfonsina Storni, quien
entró caminando en el mar hasta ahogarse, como se describe en la canción
"Alfonsina y el mar". Pero cuando Santos sintió que no podía respirar
se arrepintió y salió corriendo del agua.
Durante los años sesenta, su música se hizo muy
popular en todo el Caribe. Fue tanta su popularidad en Medellín, que tanto él
como Orlando Contreras fueron proclamados Los jefes por los clientes de los
bares del centro de esa ciudad.
Durante sus últimos años de vida realizó algunas
giras por Latinoamérica y grabó con Johnny Pacheco y el Conjunto Clásico. Cantó
junto a Héctor Lavoe la canción «Joven contra viejo».
Murió en su rancho de Ocala, Florida el 27 de
noviembre de 1992 y fue enterrado en el cementerio de Santa María Magdalena de
Pazzis en el Viejo San Juan, cerca de las tumbas de Flores y del caudillo
nacionalista Pedro Albizu Campos. Su tumba fue abierta en 2001 para enterrar al
también cantante Yayo el Indio.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
LA SALSA Y SU HISTORIA.....
Desde sus inicios y por más de dos décadas, la
música que conocemos como Salsa no ha dejado de ser motivo de polémicas sin
cuento, tanto en Nueva York como en la Habana, en Caracas como en Cali o San
Juan. Los principales temas en debate han sido: ¿Existe realmente la Salsa como
una música original? ¿Se trata de un "género", de un
"estilo", de una " corriente" o a penas de una "manera
de hacer"? ¿Posee elementos originales, o es una mera copia de la música
cubana de los años 40 y 50, sobre todo del son? Si es algo más que una moda o
un sello comercial, ¿cuáles son sus aportes y cuáles sus diferencias con la
música cubana anterior? Finalmente, no podía faltar la discusión sobre quién —y
cuando— acuñó el término Salsa, que pegó de inmediato y se internacionalizó.
La propia génesis de la Salsa fue problemática.
Hoy nadie puede ignorar que sus principales propulsores fueron músicos
puertorriqueños residentes o nacidos en Nueva York. Ya desde los años 40 y 50
brillaron en la escena musical neoyorquina varios boricuas y baste recordar que
de las tres bandas que abarrotaron el Palladium, la ya legendaria Meca de la
música afrocubana y el mambo, dos eran dirigidas por puertorriqueños: la de
Tito Puente y la del muy llorado Tito Rodríguez. La tercera fue la de Machito y
sus Afrocubanos, que sin duda fue la más importante y la que trazó pautas en la
música afrocaribeña de su época. Si a esto agregamos la presencia de otros
estelares músicos y cantantes cubanos en Estados Unidos, podemos explicarnos por
qué fue nuestra música -aparte de otros factores- la que se impuso entre los
hispanoamericanos e incluso entre los públicos tanto negro como blanco de Nueva
York y gran parte de los Estados Unidos.
Aparte de Machito (Frank Grillo), su hermana
Graciela y el imprescindible Mario Bauzá, estaban Miguelito Valdés, Arsenio
Rodríguez, Chano Pozo, Chico O' Farrill, Anselmo Sacasas, René Hernández,
Cándido Camero, Vicentico Valdés, Armando Peraza, Gilberto Valdés, Chocolate
Armenteros, Mongo Santamaría, Marcelino Guerra y Chombo Silva, entre otros, más
los que llegaron a fines de los 50 como Israel López (Cachao) o José Fajardo.
Si a esto añadimos el peso de las grabaciones de verdaderas leyendas como Benny
Moré o la Orquesta Aragón, puede entenderse porque los puertorriqueños y
newyorricans se dedicaron a la música cubana más que a la suya propia; hubo que
esperar a Ismael Rivera y Rafael Cortijo para que se prestara atención a la
plena y la bomba. En la década de los 60, los ritmos cubanos y sus intérpretes
pasaron a un segundo plano debido a dos motivos: la ruptura de relaciones entre
Estados Unidos y Cuba, que impidió el libre flujo de músicos cubanos, y la
"invasión" del rock británico, que acaparó la atención del público
joven en todo el mundo y desplazó incluso a músicas afronorteamericanas como el
jazz y los rhythm & blues, ese popular género que engendró al rock-and roll
en los 50 y nutrió al propio rock de los 60.
Los nuevos ritmos cubanos no llegaban ya a
Nueva York, y el éxito de la bossa nova brasileña y de la "pachanga"
resultaron efímeros ante la incontenible marea roquera. Por otra parte, en USA
nunca se habló de "música popular cubana", sino de 'mambo' o
'chachachá'. Y nada parecía surgir para reemplazarlos. Mientras tanto,
talentosos músicos de Nueva York (principal centro de difusión mundial de la
música cubana) preparaban el relevo: se llamaban Johnny Colón, Héctor Rivera,
Joe Cuba (Gilberto Calderón ), los hermanos Charlie y Eddie Palmieri, Joe
Bataan, Ray Barreto, Willie Bobo, Bobby Marín, King Nando, Ralfi Pagán, Larry
Harlow, TNT Band, Joey Pastrana, Johnny Zamot, Pete Rodríguez.
Por esos años surgió una nueva modalidad
bailable entre los negros norteamericanos: el bugalú (boogaloo), que inspiró a
los latinos para crear la fusión que se conoció como Latin boogaloo o
"bogaloo latino". Entre los cultores de esta nueva onda estaban
Richie Ray, Johnny Colón, los hernanos Lebrón, Joey Pastrana, Pete Rodríguez,
Willie Colón, Ray Barreto y el sexteto de Joe Cuba con Jimmy Sabater y Cheo
Feliciano. Algunos de ellos emplearon letras en inglés y español y lograron
cruzar la fronteras entre distintos públicos: ante todo, en 1967 lograron
impactar a los afronorteamericanos, pues en medio de su lucha por los derechos
civiles, varios textos de "bugalú latino" expresaban solidaridad con
su causa; pero incluso hubo números que se impusieron a escala nacional,
llegando a penetrar Joe Cuba en las listas de los hit parade.
Tal como señaló César Miguel Rondón (El libro
de la Salsa, 1980); el éxito inmediato del boogaloo y el auge de las descargas
improvisadas —siguiendo la pauta trazada por Cachao— contribuyeron a marginar
aún más las grandes bandas de los años 50 y a los propios géneros tradicionales
cubanos. La reacción no se hizo esperar, y algunos de los 'monstruos' de esta
corriente, como Tito Puente, junto con varios empresarios y disc-jockeys, se
confabularon contra el boogaloo, que finalmente pasó a mejor vida. Poco después,
a finales de los años 60 y a principios de los 70, comienza a abrirse paso, con
distintos cambios en los ritmos, orquestaciones y enfoques, lo que pronto se
llamó Salsa, de la cual han dicho los críticos Charley Gerard y Marty Sheller
(1989) que: "Surgió a la palestra a través de la moderna tecnología del
estudio de grabación!" (....) La Salsa fue indudablemente el primer estilo
de música latina en que los valores del proceso de producción fueron de
importancia primordial. La Salsa fue recibida con enorme interés debido a la
promoción que le hicieron los que tenían un interés financiero en su éxito(...)
En gran parte, la Salsa se convirtió en la creación de la Fania Records. A
fines de los 60, la Fania comenzó a distribuir discos bajo su propio sello y también
los de las pequeñas compañías de música latina independientes. La Fania estaba
interesada en controlar la dirección de la música que ayudó a popularizar y que
distribuyó tan exitosamente por el mundo entero.
Debido a esta tendencia, se quería persuadir a
los artistas que no se apartaran del sonido característico que los había dado a
conocer. Se insiste aquí en el giro comercial que, en efecto, imprimió la Fania
a la música. Entre altas y bajas, aciertos y errores, la disquera promovió,
bajo la dirección artística de Johnny Pacheco, cierto auge de la charanga
cubana en Nueva York (que ya había inciado Palmieri) y en general, lo que
Rondón ha calificado de tendencia "matancerizante", y a la larga
perdió su hegemonía al poner trabas a las tendencias más progresivas dentro de
la Salsa.
REACCION CUBANA ANTE LA SALSA
Quizás con excesiva vehemencia, los cubanos
impugnaron airadamente la Salsa desde que se acuñó el término: y lo curioso es
que hubo entera coincidencia entre los cubanos de la isla y los de Nueva York.
Mario Bauzá, Machito, Cachao, todos a una negaron que la Salsa fuera otra cosa
que la misma música tocada por ellos en los años 40. Tito Puente, totalmente
identificado con la música cubana de la fructífera Era del Mambo, el Chachachá,
y el Afro-Cuban Jazz, no se cansa de repetir que la única salsa que conoce es
la salsa de tomate.
En Cuba no se trató solo de los músicos, sino
también de periodistas, musicólogos y todo el aparato difusor de la música, y
en cierto momento llegó a establecerse una prohibición no formulada contra la
Salsa. (Como de costumbre la radio nacional nos libró entonces, al menos en
parte, de lo que se había convertido en otro tabú ridículo, como el impuesto
antes contra el rock). La Salsa fue indudablemente el primer estilo de música
latina en que los valores del proceso de producción fueron de importancia
primordial.
Quizás con excesiva vehemencia, los cubanos
impugnaron airadamente la Salsa desde que se acuñó el término. Veteranos
músicos como Enrique Jorrín, Antonio Arcaño, Rafael Lay, Rosendo Ruiz Quevedo,
Richard Egues y otros, rechazaron la Salsa en actitud muy similar a la de sus
cofrades en el exterior. Fue casi un problema de honor nacional. No faltó quien
pensara en una cuestión generacional, pero sin duda esta reacción contra la
Salsa partía de una lamentable realidad: las imitaciones y hasta plagios de
estilos y números cubanos por parte de ciertos músicos inescrupulosos de allá
que afectaban directamente a los cubanos, imposibilitados además de establecer
reclamaciones legales por tales abusos. Por otra parte, surgía allá una Salsa
'política' con Rubén Blades y Willie Colón, que fue aceptada en Cuba sin
reservas. Y el bloqueo cultural contra Cuba, y más concretamente contra
nuestras agrupaciones musicales, entró en una fase de 'distensión' hacia 1978.
La CBS grabó un LD y patrocinó una gira de Irakere por Estados Unidos, así como
su participación en el Festival de Jazz Newport, y propició el Encuentro
Cuba-USA en el teatro Karl Marx, donde paradójicamente actuó, junto a las
estrellas de jazz y pop de la Columbia, la orquesta Fania All Stars. La
ausencia de promoción por la parte cubana se sumó a la ya existente, y la presencia de las estrellas de Fania en la
Habana pasó prácticamente inadvertida salvo para algunos músicos que hicieron
contactos amistosos con los salseros. Ni siquiera hubo lugar para la
controversia, como sí ocurrió luego con la infortunada visita a bombo y
platillo de Oscar de León, que significó un 'bandazo' de 180 grados en la
política del aparato difusor musical.
Rubén Blades quien generó la Salsa 'política' o
la Salsa con mensaje social
Escúchese el primer tema de este CD, Juan
González de su propia inspiración
En la década de los 80 el panorama salsero fue
decayendo en Estados Unidos; el emporio de la Fania se derrumbaba y algunos
críticos vaticinaron el fin de la Salsa. Llegaba el reinado de los
'cantautores' y divos de esa música cursilona, azucarada y comercial bautizada
con acierto por la crítica norteamericana como "Spanish-pop", pues no
es otra cosa que una imitación servil de lo peor del pop anglosajón. Varios
salseros intentaron responder con la 'Salsa erótica', otra etiqueta a modo de
reclamo publicitario, sin demasiado éxito.
En cambio, en Venezuela, Colombia y Puerto Rico
se mantenía la popularidad de la Salsa y verdadera pasión por los ritmos
caribeños, así como grupos y orquestas de auténtica relevancia. Mientras tanto,
en Cuba seguía languideciendo la música bailable, afectada de una parálisis sin
precedentes en nuestra historia y que comenzó hacia 1968-1970 cuando la juventud
sólo parecía interesarse por la nueva trova o el heavy metal y otras variantes
del rock. Que se trataba de una situación artificial lo vino a demostrar la
televisión en 1979 con un programa titulado Para bailar, que evidenció el
interés del público joven en nuestros ritmos bailables. Así quedó demostrado
que los jóvenes cubanos se habían 'alejado' de su música simplemente porque no
existían ya locales dónde bailar, como tampoco las orquestas tenían dónde
tocar. Casi imperceptiblemente, se fueron creando en los años 80 las
condiciones para lo que puede anunciarse como una verdadera explosión de
agrupaciones de música cubana bailable. Estas orquestas supieron aprovechar el
más mínimo espacio o coyuntura que se les iba presentando en esos años. Entre
éstas podemos citar:
1. La celebración de los festivales Jazz Latino
Plaza, donde probaron fuerza y se dieron a conocer músicos y grupos que luego
derivaron del jazz latino a la música bailable.
2. La habilitación de algunos locales y
espacios para el baile.
3. El resurgimiento del turismo internacional.
4. La creación de programas televisivos como
'Mi Salsa'
5. La apertura hacia el exterior, con lo cual
nuestras agrupaciones se han presentado en vivo en las Américas, Europa y
Japón.
6. El creciente interés de las disqueras y la
radio de diversos países por difundir nuestra música más nueva, llegando
algunos números y orquestas a situarse en el tope de la popularidad incluso en
Nueva York.
7. El renacimiento internacional de la Salsa y
la música afrocubana, que incluso ha ganado adeptos en los países escandinavos,
España, Suiza, Holanda y Japón, superándose el impasse de los años 80.
COMPONENTES Y APORTES DE LA SALSA
A todas estas, hemos soslayado la cuestión
central: el debate en torno a la Salsa y los argumentos esgrimidos al respecto.
¿Es que la Salsa en realidad no es otra cosa que la amalgama de ritmos
afrocubanos ya tradicionales? En este sentido la polémica puede muy bien terminar,
pues casi todos los salseros admiten que la base de esta música es el son
cubano, y otros ingredientes importantes, como el guaguancó, el mambo o el
chachachá que también son de Cuba.
En cuanto a otros ritmos afrocaribeños, es
cierto que varios músicos han logrado experimentalmente excelentes trabajos de
fusión con la plena y la bomba, con el merengue, la cumbia o el joropo. Pero se
trata de casos más bien asilados, no de la norma, y resulta difícil hablar de
un género que no sea cubano y forme parte integral de la Salsa. Es más, el
reciente auge del merengue ha venido a profundizar la brecha ya existente entre
éste y la Salsa, y ambas partes enfatizan sus diferencias de manera acaso
exagerada y hasta belicosas (una saludable excepción la constituyen Juan Luis
Guerra y la 440). Los aportes salseros deben buscarse por tanto en otra parte.
En los momentos en que se era salsero o
antisalsero, es decir, cuando dejó de emplearse la razón, el maestro Armando
Romeu ilustró en varias charlas -o clases magistrales- las principales
diferencias, al menos entonces (años 70) entre la Salsa y la música que se
ejecutaba entre nosotros; y con una simple ecuación de primer grado explicaba
la diferencia en los planos tímbrico y orquestal; allá (en Nueva York) habían
cambiado y modernizado las secciones de vientos, manteniendo el ritmo
tradicional; aquí se había hecho todo lo contrario, introduciendo la
electrónica en el bajo y los teclados. Veinte años más tarde, diríamos que en
líneas generales hay diferencias en: la manera de tocar y combinar los
instrumentos de percusión; los montunos del piano; los bajos; los arreglos y
formatos orquestales; las voces (inflexiones vocales, improvisaciones y
estribillos); los movimientos escénicos, y los textos cantados.
Es un hecho conocido que los salseros en sus
textos reflejan la vida cotidiana y la lucha social de la minoría
hispanoparlante más o menos marginada en Nueva York y otras grandes ciudades de
Estados Unidos y el Caribe. Y el hecho de que haya características propias de los
textos de un género o estilo de música popular es importante, como lo
demuestran la guaracha, el guaguancó, el tango, la ranchera, los blues, el
bolero, y más recientemente la nueva trova.
En cuanto a parámetros exclusivamente
musicales, hemos señalado los arreglos y formatos orquestales, con la
preeminencia del trombón entre los vientos, lo cual proviene de una tradición
boricua que pasa directamente de Mon Rivera a Willie Colón y se impone hoy en
Cuba. Otro ejemplo sería el del contrabajo, que en Nueva York y el mundo
salsero sigue la línea establecida por Cachao, Julio Andino y Bobby Rodríguez,
mientras en Cuba se impuso el bajo-guitarra. Andy González lamenta con razón
este cambio, con el cual se pierde la profundidad y el swing que proporciona el
contrabajo acústico a la sección rítmica afrocubana (y al jazz). Andy, quien ha
visitado Cuba, atribuye esa pérdida al hecho de que en la isla no entró el
'baby bajo' –sólo producido por la Ampeg en USA-, que posee las ventajas de la
amplificación electrónica sin perder la calidad del sonido del contrabajo
(Larry Birnbaum, 1992). En cuanto a los cantantes, al escuchar a ciertos
salseros resulta evidente lo que deben a los pleneros y demás tradiciones
vocales del Caribe. Por este camino y mediante el análisis de una discografía
bien seleccionada, podríamos llegar a enumerar una serie de aportes de esta
música a la tradición afrocubana y afroantillana. Baste ahora señalar que
gracias a la 'actualización' o 'reinterpretación' de nuestra música por los
'neoyorricans' y otros caribeños, ésta siguió difundiéndose por el mundo
durante tres décadas de aislamiento de la música cubana.
Larry Harlow, Bobby Valentin y
Jerry Massucci
Tomada de la Revista Waxpoetics, oct/nov 2006
Actualmente estamos comprobando que ésto fue positivo.
Y felizmente, sin perder nuestras propias características y con espíritu
innovador, en Cuba hemos asumido la Salsa como parte de una herencia común,
dejando de verla como un alien al que se debe combatir. Y sin embargo, no
creemos que llegue a cesar la polémica sobre un fenómeno cuyas raíces mismas
nacen en zona de conflicto, como lo prueba la controversia sobre quién inventó
o acuñó el término Salsa. Otro motivo para el debate, y acaso para otro
artículo.
Notas
1. Vernon Boggs. Salsiology:
Afro-Cuban Music and the Evolution of Salsa in New York City. New York, Excelsior, 1992.
2. Cesar Miguel Rendón. El libro de la salsa. Caracas,
Editorial Arte, 1980.
3. Charley Gerard y Mary
Sheller. Salsa! The Rhythm of Latin Music. Indiana. White Clifft Media, 1989.
4. Leonardo Acosta. Del Tambor al sintetizador.
La Haban, Editorial Letras Cubanas, 1983.
5. Larry Birnbaum. «A Botton
Man Speaks Out: Andy González, Bassist», en Vernon Boggs. Salsiology:
Afro-Cuban Music and the Evolution of Salsa in New York City. New York, Excelsior, 1992.
martes, 26 de noviembre de 2013
Recorrido Muiscal de la FERIA DE CALI.
Seguimos en el recorrido de la Musica de la FERIA DE CALI, estoy tratando de encontrar la
versión de Palo bonito interpretada por el conjunto Casino. Esta es la
documentación musical investigada, que poseo para esta primera feria de Cali:
Fueron éxitos de la primera feria de Cali temas
como PALO BONITO, merengue originario de República Dominicana del compositor
Ricardo Rico, grabado inicialmente en Cuba por el conjunto Casino dirigido por
el maestro cubano Roberto Espí, que Edmundo Arias, uno de los más grandes
músicos, compositor y arreglista de nuestra música popular tropical, nacido en
la ciudad de Tuluá, departamento del Valle del Cauca un 5 de diciembre de 1925,
con la estudiantina Sonolux de quien fue su director, le hizo los arreglos a
este merengue para que lo interpretara la
argentina Lita Nelson quien había llegado a Colombia procedente de la
provincia de Río Negro (Argentina) en 1956 para cumplir actuaciones en la radio
y quien le dio el toque tropical para convertir este merengue en la canción más
bailada y escuchada de la primera feria de Cali.
También fueron éxitos bailables de esta feria
de Cali, los merengues vallenatos como “COMPA´E HELIODORO”, el paseo vallenato
DAME TU MUJER, JOSE con el acompañamiento de los Trovadores de Barú. EL RON DE
VINOLA, paseo vallenato que interpreta con su conjunto, Guillermo Buitrago,
compositor nacido en Ciénega, departamento del Magdalena, un 1° de abril de
1920, murió muy joven, a la edad de los 29 años un 19 de abril de 1949. Se
escuchó del grupo venezolano Irlanda y su combo, el tema VOLVER A VOLAR.
Empezando el siglo XX, 1906, nace en Soledad, Atlántico, uno de nuestros
grandes músicos colombianos, creador de un ritmo que traspasó nuestras
frontera, El Merecumbé de Pacho Galán con su orquesta, quienes se convirtieron
en la atracción musical de esta primera feria de Cali con el merecumbé COSITA
LINDA, interpretado por una de las mejores voces de Cartagena, Emilia Valencia.
lunes, 11 de noviembre de 2013
LP' SESSIONS EN LA WEB
Espacio en la Web para escuchar el audio desde sus discos de larga duración (LONG PLAY).
En formatos de 33 y 45 rpm (Revoluciones por minuto), formatos de trabajos originales que al pasar del tiempo se ha conservado en los acetatos y por el avance tecnológico se pueden escuchar lo mas sonoro posible.
VIEJOTECA EN EL SOLAR
Un espacio en la Web para recordar toda la música de la VIEJA GUARDIA, con sus tendencias y recorridos cronológicos de la rumba y el buen baile.
programaciones musicales y homenajes por este sitio portal comentarioenelsolar.blogspot.com
Cultura, Musica y Sabor
martes, 5 de noviembre de 2013
EL ARTISTA DEL MES "Piper Pimienta" Díaz
Con ocasión del Mes del
Artista Nacional en Colombia, nuestra Sección está dedicada a un cantante
oriundo del departamento del Cauca, nacido el 4 de agosto de 1939 en el
corregimiento La Paila del municipio de Puerto Tejada. Se trata de Edulfamit
Molina Díaz, o mejor, del gran "Piper Pimienta" Díaz, niche poseedor
de una maravillosa voz quien, además, deleitaba siempre en la tarima a todos
sus fanáticos con su modo de bailar y su alegría permanente y contagiosa.
Piper Pimienta nació con un
don para ser artista: cantaba, bailaba y componía canciones desde muy pequeño.
Llegó a Cali y se instaló con su familia en el popular Barrio Obrero, donde
pasó su niñez y su adolescencia. Prestó el servicio militar, donde aprendió
pintura y ebanistería, gracias a lo cual trabajó, a los veinte años, en una
mueblería. Pero cuenta la historia que hace más de medio siglo se realizaba en
la ciudad de Cali un concurso de canto llamado "Los cien barrios
caleños", el cual se realizaba en el radioteatro de la emisora Todelar.
Siempre que participaba, Piper era el primer puesto, por lo que el jurado lo
declaró fuera de concurso. Su destino era tener una gran carrera como cantante.
Su carrea musical se inició en
1961, cuando hizo parte de una agrupación llamada La Sonora del Pacífico. En
1965 conformó el grupo El Combo Swing, que se presentó en algunos sitios de la
ciudad de Cali. Y en 1968 cantó con la agrupación "El Combo Monterrey",
que pasó a llamarse El Combo Los Supremos, y con el cual grabó su primer álbum
de larga duración, titulado Atiza y ataja, publicado en el año 1971 bajo el
sello Fuentes.
El momento más importante en
la carrera de Piper se presentó al vincularse a la orquesta Fruko y sus Tesos,
con la que publicó el tema "A la memoria del muerto", su primer gran
éxito, publicado en formato de 45 RPM y luego en LP, los dos grabados por Discos
Fuentes en la ciudad de Medellín. En 1975, Piper participó en otro proyecto
musical dirigido por Fruko, llamado The Latin Brothers, con el que grabó el
álbum Dale al bombo, que contiene los temas "Buscándote" y
"Duelo de picoteros", en la voz del Piper.
En efecto, la década de 1970
abarca los años dorados de la salsa clásica, no solo en Nueva York, sino
también en Colombia. En ese período Piper, junto con Joe Arroyo y Wilson Saoko,
causaron furor acompañando a Fruko y sus Tesos y a The Latin Brothers. Llegaron
para quedarse en el corazón de los salseros de Colombia, Latinoamérica y otros
países del mundo. De ahí que el momento que resulta siendo más significativo en
la fama de nuestro homenajeado del mes llegó en el año 1976, cuando grabó con
The Latin Brothers la canción que lo inmortalizaría: "Las caleñas son como
las flores", un bello tema escrito por Arturo Jorge Ospina, himno en
homenaje a la mujer de la Sultana del Valle.
Respecto a su extraño apodo,
que suena redundante, pues Piper –palabra que que viene de pepper en inglés–
significa pimienta. El propio Piper aseguraba que era debido a su forma de
bailar. Otras versiones apuntan que uno de sus tíos fue quien lo bautizo Piper
y luego, en 1975, en una presentación el peruano Memo Donix lo presentó como
"el gran Piper Pimienta". También fue conocido como el "Showman
de la Salsa".
Otro de los temas insignia de
Piper fue "Cañaveral", de 1978. El tema fue grabado en vivo con La
Colombia All Stars en el Central Park de Nueva York, y presentado por el
legendario maestro de ceremonias de la salsa el gran Polito Vega.
Los temas "Valluna",
"Que no muera la rumba", "Vuelve el Verano", "La
guagua", "Nunca fui tan feliz", "Sucesos" y "Dale
al bombo" hacen parte de su repertorio de éxitos. Pero Piper también fue
compositor de canciones, entre las que se encuentran "A la patrona de
Cuba", "Que no pare la rumba", "Por un solo camino",
"Vuelve el verano", "Para el mundo", "Tristeza del
boga", "Yo te canto", "La Fuente", "Cumbia
brava", "Ponte a bailar" y "Pensamiento". Como solista
solo grabó tres álbumes. También realizó grabaciones con Michi Sarmiento y la
Colombia All Stras. Pero sin duda su gran aporte fue con Latin Brothers y Fruko
y sus Tesos.
La Máxima Expresión del Barrio
Latino no es ajena a los problemas de orden público y de violencia de nuestra
Colombia. Tal como han muerto miles de colombianos a diario, sino importar
raza, religión, nivel académico, clase política, estirpe o profesión, Piper
falleció la tarde del 4 de junio de 1998 tras recibir varios impactos de arma
de fuego en su residencia de la ciudad de Cali.
La carrera de Piper Pimienta
tuvo una duración de casi cuatro décadas, a través de la cual realizó con
creces su aporte a la cultura musical latina. En nuestro país es considerado
uno de los más grandes cantantes de la Salsa y, desde este nuestro sitio www.comentarioenelsolar.blogspot.com
queremos hacerle un merecido homenaje, pues es un músico que siempre
recordaremos gracias a la vibración de sus canciones.
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