Nacido en el corregimiento de
El Llanito en Florida, Valle del Cauca (anteriormente departamento de Cauca),
el 21 de febrero de 1931, Luis Alberto Ramírez Quijano fue sin duda una voz
principal en el desarrollo del bolero y la música andina colombiana bajo el
nombre artístico de Lucho Ramírez.
Recordemos que lucho Ramírez
fue uno de los artistas que logró mantenerse en el medio musical hasta que sus
facultades físicas se lo impidieron, aunque es de anotar que una de las pocas
veces que estuvo alejado de los medios se debió a un accidente que lo mantuvo
incapacitado por un año, luego del cual volvió como en sus viejos tiempos y con
su voz intacta. Recordando a lucho Ramírez.
Luego de ganar varios
concursos de radio en Cali en su adolescencia, y tras tocar la puerta de varias
disqueras, Ramírez empezó a grabar para Sonolux a mediados de la década del 50.
Desde ese momento empezó a acumular prestigio no sólo por su muy característica
voz sino por su muy bien escogido repertorio. El director artístico de Sonolux,
Hernán Restrepo Duque, apostó por convertirlo en bolerista, haciéndolo grabar
canciones de artistas mexicanos cuyos discos no circulaban en Colombia. Es por
ello que Ramírez se convirtió en el excelso difusor de piezas clásicas del
repertorio azteca como “Presentimiento”, bolero de Pedro Mata y Emilio Pacheco,
“Cuando ya no me quieras”, de Miguel “Cuate” Castilla, “Beso vagabundo” de
Esteban Taronjí, “Aquel” de Carlos Maldonado y muchas obras más del repertorio
de sus colegas Alfonso Ortiz Tirado y Guty Cárdenas. Hay quienes dicen que los
cantó incluso mejor que ellos.
Que hubiera escogido acometer
boleros del norte del continente no fue impedimento para que Lucho Ramírez
también plasmara su voz en el cancionero del bambuco y el pasillo, destacándose
en temas como “Sed” y “Hacia el calvario” de Carlos Vieco Ortiz, “Guabina
chiquinquireña” de Alberto Urdaneta, “Bésame morenita” de Álvaro Dalmar y “Yo
también tuve 20 años”, de José A. Morales. Pero definitivamente su voz se
acopló con gran holgura a las creaciones del compositor caldense José Macías.
Cuenta la historia que la relación con el creador inició con pie izquierdo,
luego de que Macías le manifestara su disgusto por la versión de “Muchacha de
risa loca” grabada por Ramírez al lado del Trío Carabell. A pesar de esa
opinión, el cantante llevó el tema al Festival de la Canción Colombiana,
llevándose el primer lugar. Macías inmediatamente cambió de opinión y puso a su
disposición varios temas más que fueron popularizados por el vallecaucano, como
“Las moras”, “Ojos miradme”, “Tormentos”, “Bonita” y “Copito de yerbabuena”.
Y es que al igual que ocurrió
con Macías, Lucho Ramírez fue objeto de resistencia por parte de algunos
colegas y un sector del público por cuenta de su particular estilo. Tuvo que
pasar un buen tiempo desde las primeras grabaciones para llegar a convertirse
en un artista de popularidad, aunque paulatinamente su voz fue perdiendo color
por cuenta del abuso de esas cualidades. Aun así, grabó alrededor de 30
trabajos discográficos de larga duración y más de 450 canciones.
Después de vivir algún tiempo
en México y en Medellín, Lucho Ramírez retornó a Cali, donde murió el 15 de
octubre de 2004.
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