martes, 9 de julio de 2013

EL BIGOTE QUE CANTA!!!

Bienvenido Rosendo Granda Aguilera, era su nombre completo y nació el lunes 30 de agosto de 1915, en el hogar de José y Teodora, residentes en el tradicional barrio de Jesús María de La Habana. En este popular barrio también llegaron al mundo Silvestre Méndez, Yoyo Casteleiro y Javier Vásquez. Moisés Simons, el egregio compositor de El Manisero, a comienzos del siglo veinte, había sido organista a sus 10 años, en la iglesia de este barrio. El día de nacimiento de Bienvenido, es el onomástico de Santa Rosa de Lima y la familia esperaba una mujer. Al nacer un varón le adjudicaron el Rosendo. Muy pronto quedó huérfano de padre y a la edad de 6 años el niño hubo de montarse en las guaguas, para cantar tangos, la música de moda en aquellos tiempos, en contraposición al autóctono son oriental. Esta actividad lo maduró rápidamente. A los 12 años ya era un veterano profesional del canto.

Para 1935, y como vocalista, encontramos al joven Bienvenido haciendo parte del Sexteto Carabina de Ases, que era dirigido por Mariano Oxamendi y contaba en la trompeta a Félix Chapottín, reputado como el máximo trompetista del son. Granda va modelando su temperamento calmado y jovial. En 1936 ingresó al promocionado Septeto Nacional, fundado por Ignacio Piñeiro. Allí compartió honores con artistas como Marcelino Guerra Rapindey, Alfredito Valdés y Cheo Marquetti. Grabó sus dos primeros números: A gozar la conga y Juramento en la tiniebla. Se retira en 1937. En diciembre de 1941 a La Habana llega el renombrado Cuarteto Marcano de Puerto Rico y con ellos graba los temas Dulce desengaño y Desvarío. El cuarteto estaba integrado por Pedro Piquito Marcano, Claudio Ferrer El Rey, Víctor Mercado Vitín y Leocadio Lalo Martínez. En mayo de 1941 graba también con el Trío Servando Díaz dos números: Feliz viaje y Majadera.

La Sonora Matancera buscaba un cantante de planta de categoría, para rivalizar con las otras agrupaciones que se estaban armando con excelentes voces. Humberto Cané para experimentar otras polifonías, sale de la Sonora no sin antes relacionar a Bienvenido con su padre, Valentín Cané, el fundador de la Sonora Matancera. Bienvenido ingresa el 16 de diciembre de 1945, como el cantante de planta y corista, comenzando una épica era, tanto para la Sonora como para el cantante. Granda era bolerista y guarachero y con su carisma se granjeó las simpatías del pueblo habanero. Precisamente en este ambiente de farándula y cuando realizaba con la Matancera una actuación, conoció a Cruz María Acosta, una bella y rubia habanera que en 1948 se convertiría en su única esposa por toda la vida. Previamente, Bienvenido había tenido un desliz amoroso con otra joven cubana, del cual nació Rosendo quien fue su primogénito.

 En 1946 y para el sello Panart, comienza una arrolladora carrera de grabaciones con la Sonora, cuando imprime en el microsurco la guaracha de Iván Fernández, Dice mi gallo. Siguen en orden cronológico: El cuento del sapo, Echa pa’lla chico, La ola marina, Acomodando y Camina Juan Pescao. Bienvenido, con su atrayente personalidad y su voz deliciosamente nasal, se convirtió en atracción donde quiera que se presentaba nuestro conjunto. Sus grabaciones se sucedían por marejadas. Le correspondió dar el cordial saludo, cuando con expectativa, en 1948, Daniel Santos se convirtió en el cantante invitado de la Sonora Matancera. Le hizo los coros con Caíto y Rogelio. Con la mediación de la crítica especializada, este coro se apropió del lugar cimero donde lo encontramos hoy. La historia no narra que Daniel y Bienvenido hayan sido rivales artísticos. Cada uno en lo suyo. Por el contrario, fueron grandes amigos y colegas. Esto para ambas fanaticadas que hoy, se disputan el privilegio de ser cada una la más caudalosa.


Cuando la Matancera realizaba sus presentaciones en vivo en Radio Progreso con la presencia de Bienvenido, al locutor Israel Pimentel Molina, le provocó anunciarlo, debido a su mostacho negro y abundante, como El Bigote que Canta. Ahí quedó rebautizado para siempre. Con la Sonora estuvo tres veces en gira artística por Haití en 1951 y con ella participó en las cintas El ángel caído, Ritmos del Caribe, La mentira y Me gustan todas. Las últimas grabaciones de Bienvenido con la Matancera fueron realizadas el 9 de febrero de 1954: Pecaste de infiel y Sujétate la lengua. Jamás regresarían juntos al acetato. El Bigote que Canta trabajó con la agrupación hasta la segunda semana de marzo de 1954. Nelson Pinedo asegura que sin querer e indirectamente, tuvo culpa en el retiro de Bienvenido. Lo recomendó para trabajar en Barranquilla con Robertp Sper, propietario de Almacenes Robertico, ganándose 1.500 dólares a la semana, suma bastante importante para aquellos tiempos. Parece ser que El Bigote, sin meditarlo dos veces y ni corto ni perezoso, se vino para Colombia sin permiso expreso de don Rogelio. Es comprensible y por el talante autoritario del director, que al regresar ya no tenía puesto dentro del grupo.


Los integrantes de la Sonora Matancera, en el momento del retiro de  Bienvenido, eran los siguientes:

Rogelio Martínez Díaz, director, con la guitarra.
Carlos Manuel Díaz Alonso, Caíto, corista y maraquero.
Lino Frías, en el piano.                       Calixto Leicea, primera trompeta.
Elpidio Vásquez, con el bajo.             Pedro Knight, segunda trompeta. 
José Rosario Chávez, Manteca,  en los bongós.
Ángel Alfonso Furias, Yiyo, en la tumbadora.

Una de las facetas que Bienvenido poco cultivó, fue la de compositor. De los 47 cantantes, que hasta ahora, han grabado con la Matancera, hemos privilegiado cuatro, como cantautores insignes: Bobby Capó, Daniel Santos, Elliot Romero y Myrta Silva. Curiosamente, los cuatro son puertorriqueños. Detallemos, las páginas musicales grabadas con la Matancera y que llevan la firma de Bienvenido como compositor:

1. Ten piedad, bolero.                            
2. Pasión extraña, bolero.                      
3. Mi bandera, con Calixto Leicea y Lino Frías, bolero-guajira.
4. Me alejaré, bolero.
5. Mi dolor, bolero.

Además, hay dos temas de su firma, tomadas de las actuaciones, en vivo, con la Sonora Matancera:

1. Bangán.
2. Bola de qué.

Otro aspecto de Bienvenido para destacar, en su trabajo con la Sonora, gracias a su perfil de bolerista y guarachero, fue el de erigirse como el cantante de planta estelar, por antonomasia, entre quienes han tenido el privilegio de actuar con el conjunto yumurino.  Los cantantes de planta, o de plantilla, como suelen afirmar los cubanos, se integran a la nómina de la agrupación, diferentes a sus colegas invitados, que tan sólo llegan para actuaciones y grabaciones. Por ende, les corresponde a los de planta,  poner su voz en el coro y también plasmar sus voces como solistas. La lista de estos cantantes, a lo largo de tantos años de espectáculo, con la Sonora Matancera, presentémosla así:

 1. Bienvenido Granda (1945-1954).
 2. Estanislao Sureda, Laíto (1954-1955).
 3. Celio González (1955-1960).
 4. Willy El Baby Rodríguez. (1960-1965).
 5. Justo Betancourt. (1966-1971).
 6. Yayo El Indio. (1971-1994).

Esto conlleva a afirmar, que las intervenciones de todos los demás, se catalogan como las de voces invitadas.
En mayo de 1954 encontramos a Bienvenido grabando con la orquesta del pianista René Hernández dos tremendas páginas: Seré tu amigo y Óyeme mamá. Trabaja después con Eulogio Yoyo Casteleiro y con Silvio Contreras. Graba con el Conjunto Gran Habana para la empresa Seeco temas como: Dime por qué, Pantaleón y Salvadores del mundo. En mayo de 1955, va a Costa Rica. Se presenta en la sala de baile La Pila Violo, con el acompañamiento de la Orquesta Maryval, orientada por Juan Valverde. Lleva como su pianista y arreglista de cabecera, al músico cubano, Silvio Contreras. El escritor y matancerólogo costarricense Mario Zaldívar Rivera, refiere que desde aquel tiempo, el Bienve ya estaba acostumbrado a portar consigo, y para todas sus actuaciones, un maletín negro en donde llevaba las partituras de la música que interpretaba. Costa Rica ha sido siempre una tierra fértil para la música cubana. Ya avanzada la carrera musical de nuestro Bienvenido, en 1976, es contratado de nuevo, para otras presentaciones en Costa Rica. Esta vez, es acompañado por la Sonora X, agrupación creada en Santo Domingo de Heredia y dirigida por el cantante Mario Castro. La fanaticada se dio cita en el Centro Nocturno Belviu de la Avenida Central en San José de Costa Rica, para aplaudir a El Bigote. En esta pasantía, y en determinada ocasión, durante un ensayo, Bienvenido, se mostró fatigado. Mientras los músicos afinaban sus instrumentos, y esperaban su turno, él pasó a otro cuarto pequeño, y sentado en una butaca, se sumergió en las delicias de una siesta. Esta circunstancia fue aprovechada por un instrumentista del grupo, para escudriñar en su inseparable maletín, depositado sobre una mesa cercana. Allí, estaban las partituras originales de sus arreglos. Como una ráfaga, el músico se las ingenió para fotocopiarlas y, sin mediar aspaviento alguno, las regresó a su sitio en la valija. Nuestro cantante, nunca se enteró de esta pilatuna. La Sonora X, interpreta desde entonces, la temática matancera, con una fidelidad que asombra. Fundada el 23 de febrero de 1973, este grupo, todavía continúa vigente en su patria.

El Bienve regresa a Barranquilla, en junio de 1955, y canta en clubes y radioteatros, como el Bolívar y La Bamba. Con frecuencia se le veía en el Café Roma, reconocido sitio de tertulias del Paseo Bolívar. La indumentaria con la cual se paseaba, en algunas veces, por las calles de Barranquilla y Cartagena, (vestir a loa pachuco),para nuestra época actual, podría parecer estrafalaria. Mas, para su tiempo, era utilizada por muchas estrellas de la pantalla y la canción. Al cómico y cantante mexicano Tin Tan, lo llamaban El Pachuco de Oro, porque la exhibía, con decoro, en sus películas. Con el acompañamiento de la Sonora Tropical (Los Rítmicos), dirigida por el maestro Juancho Esquivel, entre julio y agosto de 1955, el Bienve graba varios números para Discos Tropical. De este ramillete, descollaron: Desastre, No, no, no qué va, La maquinita, Carolina, No creo en mujeres, Mi amarga decepción, El chupaflor y La puya guamalera.  
                
La Capital de la Montaña, como también se le llama a Medellín, en 1955, era un pueblo con razonables aspiraciones de ciudad. Desde el comienzo del decenio, comenzó a ser anfitriona de elencos musicales, de variada categoría, espectáculos de farándula, artistas nacionales y extranjeros. Todos ellos, ponderaban su clima y la hospitalidad de su gente. Se afianzaban con sus ventas en alza, varias empresas disqueras que contrataban a muchos artistas para grabarlos. La música cubana, con sus solistas grandiosos, era apreciada con respeto y entusiasmo. En la primera semana de agosto de 1955, la clientela antioqueña aplaudió con entusiasmo, a tres grandes instituciones de la música cubana: la Sonora Matancera, Benny Moré con su Tribu y el Trío Hermanas Lago. Para octubre de 1955, Bienvenido llega a Medellín, considerada entonces, como la capital del disco en Colombia.

El Bigote, patenta diez fonogramas con la Sonora Antillana, dirigida por Edmundo Cabecenido Arias, ilustre músico colombiano. Hacemos nuestras, varias páginas de importancia: Miénteme, Hay que casarse, Corazón sin puerto y Dolor de ausencia. Edmundo Arias, fue un músico polifacético: compositor, arreglista, director de orquesta e intérprete de varios instrumentos, tales como el bajo, el clarinete, el piano, la guitarra, y, de manera especial, la lira, instrumento de sus amores. En la capital paisa, epicentro colombiano de la farándula de antaño, deslumbró con su potencial de músico de excepción. El maestro Edmundo, profesó una devoción ciega por la música cubana. Desde siempre, admiró a la Sonora Matancera con Bienvenido Granda y Daniel Santos.
         
Durante esta temporada, de El Bigote, en la Ciudad de la Eterna Primavera (otro nombre dado a Medellín) confinó en las pastas, 10 números con la agrupación del maestro Edmundo. La misma casa Silver, en noviembre de 1955, aprovecha la residencia en Medellín, del inmenso Lucho Bermúdez con su orquesta, que para ese tiempo, amenizaba las veladas bailables de la alta sociedad, arremolinada en los lujosos salones del Hotel Nutibara y del Club Campestre. Pone bajo su dirección, un grupo de grabación, con varios de los integrantes de su orquesta, y le adjudican el nombre de la Sonora Silver. Grabaron, entre otros números: No te debo querer, Consuélame, Háblame y júrame, Por mi mala estrella, Mi gran tesoro, Besos de hada. Fueron 21 temas, en total.

Alberto Maraví, es un peruano genuino, embebido, desde hace mucho tiempo, por las tonadas de la música popular. A finales de 1955, Alberto Maraví, se desempeñaba como locutor y programador musical, en CX36 Radio Centenario de Montevideo, Uruguay. Allí, lideraba los programas diarios, Postales del Caribe y Nocturnal Antillano. Fue en abril de 1956, cuando Alberto se topó con Bienvenido en Buenos Aires, Argentina y lo contrató para actuar en las audiciones del programa nocturno, Luminarias General Electric. Su éxito apoteósico, propició otra semana adicional del contrato, en la capital uruguaya. Alberto Maraví al poco tiempo llevó a Bienvenido al Brasil, lugar de sus siguientes cumbres musicales.
                      
La Sonora Matancera y Bienvenido Granda fueron contratados cada uno por aparte, para actuar en Santo Domingo en el aniversario de La Voz Dominicana. Embelesaron a la caudalosa asistencia de los diversos espectáculos, desde el 29 de julio hasta el 4 de agosto de 1956. Lo relacionaron con Eulogio Yoyo Casteleiro, importante director musical cubano, que estaba en el comando de la Orquesta Angelita, una big band al servicio de La Voz Dominicana. Cosecharon muchas ovaciones. Para las actuaciones del Bienve en la pantalla chica, le conformaron una agrupación tipo sonora, y la llamaron Conjunto Televisión. El Bigote realizó su primera visita al Perú, el 20 de agosto de 1956. En Lima, la capital, actuó en Radio América. Luego realizó una gira por el norte del país. Trabajó en las ciudades de Trujillo, Chiclayo y Piura. Pasó dificultades para transportarse, debido a un crudo invierno, causante de varias tragedias.  El Bigote que Canta, en julio de 1966, visita por segunda ocasión al Perú. Con Nelson Pinedo, actúa en aclamados shows en el Grill Costa Azul de Lima. En el canal 5 Panamericana TV, con la animación del chileno Enrique Maluenda y respaldado por la orquesta del músico peruano, Joe Di Roma, canta temas de actualidad: Maldito licor, Doña Mariquita, Declárate inocente y P de parada. Con Pinedo, recibe vistosos pergaminos obsequiados por El Club Ritmo y Sabor, que premiaban sus carreras musicales. El Bienve, aprovechó esta visita limeña y acordó con la empresa IEMPSA (Industrias Eléctricas y Musicales Peruanas S. A.), grabar un LD, con el acompañamiento de este artista peruano de renombre y su grupo. Lo titularon: Bienvenido Granda con la Sonora de Ñico Estrada. Algunos fonogramas de este trabajo son: Amor de medianoche, La cumbia reina, El pito del tren, Sinceridad y Plegaria a la virgen.

El 2 de marzo de 1957, Bienvenido aterrizó con su maletín lleno de música, en el aeropuerto internacional de Maiquetía, distante 26 kilómetros de Caracas. En sus pensamientos, tenía la convicción de deslumbrar con su arte, a la fanaticada matancerómana de la capital venezolana. Su cita allí, obedecía al contrato para cantar con sus otros dos colegas en la canción: Daniel Santos y Alberto Beltrán. Los tres, ofrecerían un show irrepetible, de la mano de la excelencia de sus interpretaciones. La ardentía y tonalidad de sus voces estaban intactas. Ese mismo día comenzaba la celebración carnestolenda en Caracas de las fiestas tradicionales del carnaval. La actividad musical de los tres cantantes, se centró al día siguiente, en una función especial efectuada en el cabaret El Cimarrón, en el mezanine de Las Torres del Silencio. Fueron acompañados por la reconocida Sonora Caracas. La dirigía el compositor, arreglista y trompetista, José del Valle Bustamante. Allí, entre sus integrantes estaba Carlos Guerra, un trompetista, trombonista, arreglista y compositor extraordinario. A los dos días, los mismos artistas se presentaron en televisión, ambientando el sorprendente Show de Víctor Saume, número uno en popularidad. Hasta allí llegó el empresario discográfico colombiano, César Roldán, propietario del sello Discomoda, quien les propuso realizar ensayos conducentes para dejar en el acetato un buen número de fonogramas. Todo se convino amistosamente, y así fue como los tres artistas, como fruto de una labor de dos semanas, nos dejaron páginas imborrables que robustecieron sus discografías. Por aquel tiempo, nuestro compatriota y cantante, Rodrigo Soto, comenzaba su leyenda venezolana y fungía como director artístico de Discomoda. Bienvenido Granda recibió la asistencia del maestro Soto en las fechas que narramos, para que Carlos Guerra, le posibilitara grabarle tres páginas: La semana, Vente mi negra y Sé perder. Apuntemos los otros números dejados por El Bigote, en los acetatos del sello Discomoda de aquel tiempo: Corazón borracho, Como baila, La rumba pa qui, Te miro en la copa, Es el amanecer y otros. De este ramillete venezolano, la celebración perdurable la alcanzó el bolero Sé perder.           


El Bienve se convertía ya, en patrimonio de los latinoamericanos. Causaba sensación en donde llegaba, y sus páginas respaldadas por la Matancera, encabezaban  las preferencias. Su mostacho, es de fama continental. Hasta chistes, unos buenos y otros no tanto, le improvisaban sus admiradores, espoleados por las crónicas cantinflescas de los escritores de farándula. Antes de abandonar su Cuba natal para siempre, se asocia con su paisano, Eulogio Yoyo Casteleiro, quien pone a su disposición su grupo, y entre noviembre de 1957 y enero 1958, graban en el sello Panart, varios microsurcos: Contéstame, Ríete de mí, Maracanghala, Ódiame, Raíces venenosas, hasta completar 24 páginas. 
                   
Es interesante señalar  que para 1957, Bienvenido Granda estaba pegado en las radios brasileñas con su interpretación de su cañonazo, Angustia, uno de los diez temas extranjeros más solicitados de aquel año. La canción Perfume de gardenias, se convirtió en un éxito extraordinario. Para diciembre de 1959, la entidad encargada de la clasificación de la música popular, en ese gigantesco país, publicó la lista de los 100 éxitos. Es contundente afirmar que la voz de Bienvenido Granda, cautivó desde su visita inicial a esta tierra, y perfume de gardenias fue incluida en un honorífico octavo lugar. Otro LD grabado en 1964, denominado Palabra de cariño, consta excelentes fonogramas: Abrázame (enorme éxito en América Latina de Anísio Silva), Soñar contigo, Ricos besos, Dedo de guante, Por qué no te quedas, Palabra de cariño, Estoy pensando en ti, Todo de mí, Secreto, Todo el mundo sabe. Estos temas se hicieron sobre las mismas pistas (play back) de los grabados por Miltinho, con la Orquesta Latina del uruguayo Pocho Pérez (Rubén Alfredo Izzi).

La cuarta y última visita de nuestro cantante, a la tierra de los magos del fútbol, es del año 1966. En este momento graba un LD para el sello R.G.E., propiedad de José Scatena, (que contaba con el sello Premier, como subsidiario). El álbum intitulado Sinceridad, contiene 12 páginas y fue publicado en 1967: Entre otras están: Lavandera, Ofrenda, Sentimental demás, Que quieres tú de mí, El pito del tren, Sombrero de tres picos,  y Querido Río (este último tema es original de Bienvenido Granda). La producción y arreglos, corresponden a Francisco Moraes. Se ausculta que el impacto de Bienvenido Granda, fue mayúsculo. Es incuestionable el propósito deliberado del Bienve, de conquistar el mercado discográfico brasileño. En aquellos años, esa tarea era titánica, pues había que vencer la barrera del idioma, la extensión territorial del Brasil, y sobre todo, la escasa experiencia que se poseía, en materia de expansión comercial, de la música popular latinoamericana en otros ámbitos. A todas luces, el esfuerzo fue pionero y efectivo. Todavía se encuentran en las ventas de discos, de las ciudades brasileñas, álbumes de Bienvenido Granda. Como homenaje de agradecimiento al Brasil, Bienvenido compone y graba el tema, Querido Río, en ritmo de bolero son, y con acompañamiento orquestal, en donde, con letra sencilla, expresa su gratitud eterna, a la tierra que lo acogió de modo ferviente. Fue tanta la popularidad que tuvo Bienvenido Granda, durante el decenio de 1960 en el Brasil, que después, algunas voces nacionales, regrabaron sus temas con otras orquestaciones. Por ejemplo, en 1981, el cantante Waldik Soriano, grabó un LD para la RCA brasileña, con temas como: Perfume de gardenias, Señora, Angustia, No toques ese disco, etc. Es preciso afirmar concluyentemente, que no ha existido otro cantante cubano, cuyos triunfos hayan sido ponderados, a espuertas, en la patria de Pelé, El Rey del Fútbol. Las actuaciones de El Bigote en Brasil, vistieron de aplausos la música cubana.
                                                
La carrera musical de Bienvenido prosigue en la ciudad de México, donde fija su residencia. Llega por vez primera, el martes 25 de marzo de 1958 Allí se presenta en la radio, la televisión y en clubes nocturnos. Se le dio gran acogida y adopta a México como su segunda patria. La archiconocida XEW, La Voz de América Latina, le facilita al Bienve sus micrófonos. Los proscenios de los encumbrados teatros, Blanquita, Iris y Lírico. Realiza grabaciones con numerosos grupos: la Sonora Mexicana de Rómulo Morán, con la que repite algunos éxitos logrados con la Matancera, el Cuarteto de Oro, la Sonora Veracruz de Pepe Vallejo, la Orquesta de Salomón Jiménez, el Mariachi Oro y Plata, el Mariachi México y el Conjunto de Armando Manzanero. Formó parte del elenco artístico del empresario y músico Guillermo Vallejo, en las llamadas Caravanas Corona, alternando con cantantes como Javier Solís, Lola Beltrán, Lucha Villa, Virginia López, Fernando Fernández e infinidad más. Sus caballitos de batalla en México eran los temas Óyeme mamá y Doña Mariquita. Por aquella época triunfaba en México nuestro compatriota y eximio compositor, José Rubén Márquez. Para el sello Musart y con el respaldo del Mariachi México, graba, Sé, una página histórica. Nuestro gran escritor Gabriel García Márquez, residente en los años sesenta en ciudad de México y cuando escribía su obra cumbre Cien Años de Soledad, que le merecería el Premio Nobel de Literatura de 1982, se convirtió en fanático furibundo de Bienvenido: “Yo llegué a admirar tanto a Bienvenido Granda, que siempre he creído que yo me dejé el bigote para toda la vida por Bienvenido Granda, que lo llamaban ‘El Bigote que Canta’ y en México en los momentos de su gran apogeo, yo usaba el bigote muchísimo más grande y más poblado que ahora y me llamaban los compañeros de trabajo ‘El Bigote que Escribe’. En México donde quiera que se presentaba Bienvenido Granda, yo lo seguía y continuaba teniendo ese chorro de voz tan extraordinario”.

Sonora Matancera con Bienvenido en Mexíco 1975

En Hollywood los críticos latinos de la farándula, le conceden en 1976 el Disco de Oro, por su rutilante carrera musical. Su última visita a Colombia, ocurrió en julio de 1977, cuando trabajó en Medellín, Cali y 
Bogotá. En Medellín, se presentó en el Grill de Las Estrellas, del sobresaliente Hotel Nutibara, acompañado por la Orquesta Superstar, dirigida por el maestro caldense, Guillermo González. Allí recibió una placa dorada, evocadora de su estupenda carrera en la música popular, por parte de los directivos del Club Social y Cultural Sonora Matancera de Antioquia, una entidad sin ánimo de lucro y que propende, desde el 18 de septiembre de 1976, por la difusión de la música cubana, representada en la Sonora Matancera, en el territorio colombiano y en muchos otros países. Su figura conocida y frágil, estaba peripuesta, con el cabello algo ensortijado, teñido quizás, y las consabidas arrugas en su rostro jubiloso. La sonrisa, debajo de su bigote reteñido, se antojaba franca. Trasuntaba el efluvio de la gran figura de la canción que era. Las actuaciones postreras en Medellín del Bienve, tuvieron su epicentro desde el jueves 14, hasta el sábado 16 de julio de 1977, en el Grill Hostería Guadalajara. Fue acompañado por El Combo Bravo, bajo la dirección de Narciso Martelo. La cantante Leidy Arias, por ese tiempo, esposa del maestro Edmundo Arias, actuó como telonera en aquel espectáculo con El Bigote.

Las grabaciones postreras de Bienvenido, datan de 1978. Estas dos últimas camadas, fueron para la subsidiaria mexicana DIMSA. En un trabajo, fue secundado por la Sonora Mexicana, de Rómulo Morán. Mencionemos los temas: Morena, No toques ese disco, Perfume de gardenias, Nuestra realidad, Me equivoqué contigo. En el otro LD, figura con el respaldo de la Sonora Azteca, de Miguel Ruiz con temas archiconocidos como: En la orilla del mar, Angustia, Ojos malos, La canción del borracho, Señora, Soñar. Estas nuevas versiones de las antiguas páginas llevadas al disco con los yumurinos, no es mera coincidencia. Nuestro artista, estoy seguro, ya presentía muy cercana su partida. Acotemos también que en estas páginas, el timbre de su voz se percibe todavía, decoroso y sugestivo. Distinto a lo escuchado en otros cantantes, cuando el otoño de su voz, los apremia a gritar, para significar que todavía siguen vigentes en la música. En estas interpretaciones postreras de Bienvenido, su entonación no se aparta de la naturalidad. Sin ausencias, sin estridencias de pésimo gusto, deslustradoras de su calidad.  

El Bigote que Canta, fue hospitalizado el 4 de julio en la Central Quirúrgica de la ciudad de México. El diagnóstico médico fue: cáncer de las glándulas suprarrenales con metástasis pulmonares. Muere en los primeros minutos del sábado 9 de julio de 1983. Ese mismo día es sepultado en el lote de actores del Cementerio Jardín, ceremonia a la cual concurrieron todos sus amigos y una muchedumbre de admiradores. Un prestigioso diario manito describió así:

La Prensa, México D.F., domingo 10 de julio de 1983 “DRAMÁTICO  ADIÓS  A  BIENVENIDO. Cantaron, Luna, tú que la conoces, dile…, el pueblo lloró la muerte de El Bigote que Canta.  Dramático adiós a Bienvenido Granda. Era la hora de su partida. Hombres y mujeres, no podían contener el llanto, otros abrazaban el ataúd y de pronto, se escuchó: Luna, tú que la conoces, dile que la quiero, que solo la espero en la orilla del mar. Un silencio, y después vinieron los últimos aplausos para El Bigote que Canta que ayer, al filo de las 14:15, horas fue sepultado. Doña Cruz María de Granda, su esposa, se encontraba inconsolable; su hijo Bienvenido Granda Jr., estaba desecho y no era para menos, El Caballero de la Música Tropical, había cumplido su misión, que era haber llevado alegría con su voz, a los pueblos de habla hispana”.

El Bigote que Canta, durante su existencia irradió jovialidad y alegría. Fue ídolo por numerosas latitudes, en donde demostró sus excelsas cualidades vocales. Su cantar cosechó aplausos a granel, dejando una eufórica fanaticada que continúa tarareando sus canciones, como si apenas acabaran de grabarse. Bienvenido es noche y día en el bolero. El Bigote es norte y sur en la guaracha. La música popular no habría sido la misma sin Bienvenido. Los enamorados no se hubiesen acariciado En la orilla del mar, declarándose su Amor del alma. Los amantes del baile, quedarían truncos sin marcar los compases de El velorio y Qué dichoso es. Su interpretación de los cimeros boleros Allí donde tú sabes, Al fin llegaste, Con cuanto amor y Oro falso, entre otros, constituyen su solicitud de ingreso al prestigioso club de Los Grandes del Bolero de todas las épocas. Si queremos deletrear tres adjetivos que nos  rememoren al Bigote que Canta, tendremos que pronunciar: Apacible, Trascendente e Inolvidable. BIENVENIDO será siempre BIENVENIDO.

“Luna ruégale que vuelva
y dile que la espero
muy solo y muy triste
en la orilla del mar...

Recuerdos muy tristes me quedan
al verte en la noche alumbrar
recuerdo sus labios sensuales
y su dulce mirar
mi gran amor...”

La suma de las grabaciones de Bienvenido Granda en su peregrinar terrenal es: con la Sonora Matancera 205, y con las otras agrupaciones 447.
En total: 652.




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