Tras más de seis décadas de trayectoria
el sonero mexicano Luis Ángel Silva Nava, considerado “el máximo sonero de
México”, murió este 8 de febrero a los 85 años de edad en la Ciudad de México,
las primeras informaciones señalan que de un paro cardiaco.
México es un país que ha hecho
un aporte grandísimo a la música del Caribe. Ha aportado ritmos novedosos que
han alcanzado trascendencia internacional, y ha servido de plataforma para
lanzamiento de ritmos cubanos como el mambo ó el chachachá. Éste último, que
fue asumido por los mexicanos como suyo y que cultivaron más allá de sus
tiempos de éxito.
Pero además de la mencionada
aceptación, ha aportado músicos y agrupaciones que marcaron historia: La Sonora
Santanera, José Peregrino, El Trío Caribe, Lobo y Melón, Orquesta Gamboa
Ceballos y Leo Soto, entre otros.
Luis Ángel Silva, parte de ese
destacado grupo, es una de esas figuras grandes de la música mexicana y tal vez
el intérprete de son más importante del país. Sus grabaciones, con Lobo y
Melón, lo llevaron a alternar con las más importantes figuras de la música
tropical, de hecho, los más exclusivos y exigentes sitios de Estados Unidos y
México los vieron alternar con Tito Puente, Machito, Tito Rodríguez, Pérez
Prado, Eddie Cano, Joe Cuba. Fue el único cantante mexicano que grabó para el
sello Fania, compartiendo créditos nada menos que con Johnny Pacheco, el
célebre director de las Estrellas de Fania, en dos oportunidades.
Son inolvidables, para el
sonero mexicano, las oportunidades que tuvo para descargar y recibir el
reconocimiento de sus alternantes, entre estos, que se cuentan en sus inicios,
el gran Benny Moré; Joe Cuba, con quien estuvo por una corta temporada y Willie
Colón, quien concretó su vinculación al sello que dominó el movimiento salsero,
entre muchos otros.
Es imposible, en pocas líneas,
resumir toda una actividad artística llena de convicción y amor por una música
que, sin ser de su país de origen, se convirtió en la razón de su existencia
artística. El maestro Melón cumple 60 años de actividad. Toda una vida dedicada
a una pasión, no solamente como cantante, sino como líder, director de
agrupaciones y un excelente relator de anécdotas y vivencias que mantienen viva
la historia de nuestra música.
El Sonero de Barrio se
complace en contar con el maestro Silva, como alguien de nuestra casa y se une
con regocijo al reconocimiento de su exitosa carrera. Maestro, nuestro saludo y
nuestros deseos porque muchos 60 años de actividad artística se cumplan. A la
distancia, le declaramos nuestro aprecio y admiración ¡Felicidades!
PACHECO Y MELON
La prolífica discografía de
Pacheco, líder de la legendaria Fania Records y de la cual fue co-fundador se
asocia generalmente con sus dos cantantes favoritos: Celia Cruz "La
Reina" y Pete 'El Conde' Rodríguez. Pero Pacheco ha sido siempre ecléctico, un
hombre enamorado de todo tipo de música, dispuesto a experimentar sin descanso,
trabajando en una variedad de entornos.
Grabó discos con el veterano
flautista José Fajardo, con el ex vocalista de la Sonora Matancera Celio
González, y también con Angel Luis Silva
Nava, Melón, el sonero mexicano que ganó
reconocimiento mundial con el dúo Lobo y Melón. Formado en 1958 por Silva y
Carlos Daniel Navarro Pulido ('Lobo'), Lobo y Melón encapsula la enorme
influencia que la música afrocaribeña tenido en la cultura popular mexicana.
Artistas cubanos como Pérez Prado y La Sonora Matancera eran un gran éxito en
México, y los géneros latinos como el mambo y el cha cha cha fueron asimilados
rápidamente por músicos locales. El resultado fue un sonido más dulce, una
combinación seductora del fervor Afro-Cuban (una de las orquestas más venerados
de México, el entrañable Sonora Santanera
representa esta mística tropi-pop en todo su esplendor.)
El primer LP de Lobo y Melón
contenida la canción "Amalia Batista", un gran éxito que con el
tiempo les ganó fama fuera de México, con frecuentes actuaciones en todos los
EE.UU. Desafortunadamente el dúo se puso fin por diferencias creativas - una
decisión de la que finalmente se arrepentiría Melón. En 1971, después de una
gira de Los Angeles, se limitaron a decir adiós el uno al otro en el aeropuerto
de Ciudad de México. Lobo y Melón habían dejado de existir.
Pacheco se reunió con Melón en
1964, cuando el dúo mexicano actuó en el Palladium por primera vez. Se
encontraron otra vez en 1975, cuando los miembros de la Fania All Stars se
encontraban en Los Angeles grabando las sesiones de California Jam. Reconociendo la expresividad
Melón como sonero, Pacheco lo invitó a grabar con él en Nueva York. El Lp
"Llego Melón" fue un éxito instantáneo cuando fue lanzado en 1977.
La New York World’s Fair se
celebraba en Flushing Meadows en 1964 cuando Pacheco y Melón se conocieron.
Pacheco acababa de salir del sello Alegre y había iniciado una arriesgada
aventura al crear un nuevo sello discográfico en compañía del abogado Jerry
Masucci. Melón, por su parte había llegado a Nueva York en 1964 para hacer una
gira que incluía también a Chicago. El cantante iba acompañado del conjunto que
lo había hecho famoso, Lobo y Melón, creado en el DF (México) en 1958 y que
rápidamente se convirtió en el número uno de la música tropical en su país. Su
compañero de fórmula y de nombre era el guitarrista Carlos Daniel Navarro,
Lobo, pero también destacaba Mauro Chávez, Gallina, en el piano, entre los
miembros de un conjunto con mucho swing, tanto que eran conocidos por un estilo
llamado Chúa Chuá, una especie de scat (suplir melodías instrumentales con la
voz) más filin (hacer énfasis en los cambios de tonalidad vocal). Una
maravilla.
Lo cierto es que Pacheco y
Melón se conocieron en la Feria Mundial del 64, pero no se volvieron a ver
hasta doce años después en Los Ángeles. Pacheco había ido con un sexteto para
grabar el disco Delicate and Jumpy junto a Steve Winwood en los Sound Factory
Studios. Pero como la grabación se alargó más de la cuenta porque el director
Gene Page se enfermó, surgió una descarga que acabó en disco, y luego una jam
session en el casino del hotel donde Melón solía tocar desde que dejara México
para radicarse en la ciudad californiana. Entonces se hicieron amigos y
entonces surgió la idea de Pacheco de que grabaran algo juntos. En 1977 Pacheco era el músico latino más influyente de Nueva
York por ser fundador de Fania Records y director de la Fania All Stars. Sus
álbumes en solitario, con Héctor Casanova en el momento como cantante, se
registraban con el sello Fania; pero sus álbumes donde se compartía el crédito,
por ejemplo, los hechos con Celia Cruz, se registraban con el sello Vaya. Melón
compartió el crédito, de modo que se hizo con Vaya y se grabó en La Tierra
Sound bajo la mirada de Irv Greenbaum.
Para ese año Melón había
dejado México y al conjunto Lobo y Melón. El cantante le contó a Israel Sánchez
Coll de Herencia Latina lo siguiente: “Cuando por fin grabamos el primer LP, lo
grabé en nueve horas, a número por hora. Primero comencé a grabar con Jon
Fausty, pero lo tuvieron que cambiar, y llegó Irv Greenbaum, un extraordinario
ingeniero de grabación. Gracias a él, que también es músico con conocimientos
de clave, y a Pacheco la grabación de ese disco fue deliciosa”.
26 semanas habría de durar
esta producción en listas del Hit Parade de la Gran Manzana. Para el álbum
"Llegó Melón", la carátula fue diseñada por Ron Levine, quien optó
por la solución más fácil: buscar melones en una tienda. Así que los dos
artistas fueron a una frutería junto al Balsley Park para que Lee Marshall les
hiciera fotos disfrazados de dependientes a la vieja usanza, es decir, delantal
blanco, corbatín y sombrero de paja Portis. La idea no fue muy brillante, pero
como le contó el propio Levine a Pablo Yglesias de Bongohead, “Debo haber
estado en otro lado cuando Lee disparó”. Pacheco, por su parte, contaría que
como “melón en inglés se escribe cantaloupe y como en la foto un letrero decía.
–special sugar cantaloupe, 40 cents each-, todo el mundo creía que La Lupe
cantaba un número allí”.
Llego Melón incluyó nueve
temas: dos de Melón, dos clásicos cubanos de Lilí Martínez y Ñico Saquito, un
clásico mexicano de María Teresa y Agustín Lara, un clásico cubano-mexicano de
Arturo Núñez, y dos temas curiosos. El primero es Don Toribio, una rumba de
Pera Pubill Calaf, mejor conocido como Peret y padre de la llamada rumba
catalana. En 1963, Peret compuso Don Toribio que grabó en el 66 para su disco
homónimo lanzado por la casa Discophon. Distribuido a su vez por CBS el tema
llegó a México y Lobó y Melón lo grabaron ese mismo año. Por eso no le fue
difícil a Melón incorporarlo al repertorio de su disco con Pacheco. Y una
curiosidad. Hay un coro que dice: “A la luna yo no voy si no va la palomilla
porque lleva colombiana y la lleva sin semilla”. Con colombiana se refiere a la
marihuana, la mejor en los años 70 pues en la versión de Lobo y Melón
simplemente decía “porque llevará manteca”, que era el término callejero de la
maría.
El segundo número llamativo de
Llegó Melón fue sin duda el más exitoso: Sólo Estoy, una auténtica joya de la
salsa de los 70, soberano arreglo de Louie Perico Ortíz, quien hace un
contrapunto en trompeta con la voz de Melón. Temazo. El compositor es el
teclista argentino Eddie del Barrio, quien por aquellos días trabajaba para
Earth, Wind & Fire en una canción igualmente magnífica que acababa de
componer junto a los hermanos Maurice y Verdine White. Esa canción arrasó al
año siguiente y fue nominada al Grammy. Es decir, que Del Barrio estuvo en el
hit parade del rhythm and blues con Fantasy y en el hit parade latino con Sólo
Estoy al mismo tiempo.
Pacheco y Melón volvieron a
grabar un disco juntos en 1983 también con el sello Vaya. Fue el álbum Flying
High, en la misma tónica de Llegó Melón, pues incluyó dos temas de Peret, El
Lunar y Antes La Tuve Yo. Sin embargo, la repercusión no fue igual. Es que en
ese segundo álbum ya no estaban los músicos que habían hecho parte de Llegó
Melón y que le dieron un carácter de gran obra dinámica y moderna a las
composiciones y arreglos, especialmente el citado Louie Perico Ortíz, Bomberito
Zarzuela, Sonny Bravo, Louis Mangual, Johnny Rodríguez, Charlie Rodríguez y
Eddie Guagua Rivera.
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